¿Alguna vez has salido a las calles de tu ciudad a protestar?. Si eres mayor de edad seguro que alguna vez lo has hecho. Y es que luchar por nuestros derechos es algo que todos deberíamos hacer.
Ya sean causas sociales, políticas, ambientales o económicas, sabemos que el mundo actual está lleno de injusticias. Por ello, aquí te explico porqué las personas protestan y si vale la pena hacerlo.
Según la Wikipedia, una manifestación, protesta o marcha es una exhibición pública de la opinión de un grupo activista (económica, política o social), mediante una congregación en las calles, a menudo en un lugar o una fecha simbólicos y asociados con esa opinión.
El propósito de una manifestación es mostrar que una parte significativa de la población está a favor o en contra de una determinada política, persona, ley, etc.
Desafortunadamente, en la mayoría de las manifestaciones ocurren hechos violentos como destrucción de propiedades, resultan personas heridas o incluso muertos.
Causas económicas, políticas y sociales más comunes de las protestas
¿Por qué las personas protestan?, existen muchas razones pero, generalente suelen ser causas sociales, políticas o económicas. El Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Mundial: todas las organizaciones económico-financieras internacionales continúan diagnosticando y describiendo el desarrollo de las diferentes crisis de la globalización liberal que afectan el sistema económico mundial y desestabilizan a las sociedades a nivel internacional.
Esta crisis ha experimentado un desarrollo ininterrumpido desde el inicio de la crisis financiera internacional de 2008 y esto se manifiesta a través de varios fenómenos:
- Desaceleración generalizada del crecimiento del comercio internacional y de la demanda mundial,
- Disminución de la inversión extranjera directa.
- Volatilidad del precio de las materias primas (que bajó en promedio 5% en 2019, según la Cepal).
- Generalización de la austeridad presupuestaria dentro de los Estados.
- Aumento de la deuda pública y privada.
- Desarrollo de las desigualdades sociales.
- Multiplicación de tensiones y conflictos.
El mismo panorama, diferentes países
En América Latina, el 2019 cerró una década de desaceleración económica. La CEPAL señala que entre 2014 y 2020 el subcontinente experimentó su periodo de crecimiento económico más débil de los últimos 40 años (con dos años de recesión general en 2015 y 2016).
Al mismo tiempo, en Oriente Medio encontramos una mayor concentración de Estados patrimonialistas que en cualquier otra parte del mundo. Esto significa que familias y/o clanes son propietarios de facto del Estado, esta situación genera bajas tasas de crecimiento y altas tasas de desempleo.
Así, encontramos que, en la mayoría de los países en que se desarrollan los movimientos de protesta tienen características comparables. No solo se mantienen las injusticias, la precariedad y la miseria social, sino que además las «clases medias» –es decir, ante todo consumidoras–, especialmente aquellas que se formaron durante la década de 2000, se ven afectadas por las consecuencias de la crisis económica internacional.
Rechazo a la corrupción
Las acusaciones de corrupción contra el gobierno han contribuido a desencadenar oleadas masivas de protestas en diferentes países como Chile, Egipto y Líbano.
El abuso de los fondos públicos a través de la corrupción no es sólo un motivo de preocupación penal, sino también un problema de derechos humanos, pues a menudo hace que se desvíen fondos destinados a servicios esenciales. En virtud cumplir con los derechos humanos, los gobiernos deben hacer un uso óptimo de los recursos para garantizar que la ciudadanía viva con dignidad.
En la segunda mitad de la década de 2010, surgió una nueva generación de poderes conservadores en los Estados comúnmente calificados de democráticos. Quienes eran políticamente autoritarios y portadores de ideologías nacionalistas y/o radicales. Todos tienen en común el hecho de promover el liberalismo en el plano económico.
Llevados por la resistencia a estos movimientos políticos, los protestantes luchan por:
- Demandas de protección y garantía de las libertades, incluso las de manifestarse y expresarse.
- Rechazo de los abusos represivos y de seguridad.
- Exigencia de materialización real de los derechos formales (sociales, económicos, políticos), del principio de igualdad –incluso en el acceso a los servicios públicos y al poder del Estado contra las minorías privilegiadas (militares, religiosos, familias, etc.).
El alto costo de la vida vs. la mala calidad de vida
De igual manera, donde la corrupción es un problema, también lo es el coste de la vida. En Chile, por ejemplo fue el estudiantado el que inició las manifestaciones después de que el gobierno anunciara la subida de los precios del transporte en Santiago de Chile, la capital. Y en Venezuela los bajos sueldos que no son suficientes para costear los servicios más básicos como comida y vestido desataron las protestas.
Desde entonces, las manifestaciones se han multiplicado hasta abarcar el enorme número de medidas gubernamentales que han afectado a los derechos económicos, sociales y culturales de las personas.
La legítima preocupación de la ciudadanía por el aumento del coste de la vida se ha agravado debido a que muchos gobiernos, como los de Egipto y Ecuador, imponen también duras medidas de austeridad económica.
El cambio climático es real
Las inclementes injusticias del cambio climático y la degradación medioambiental se han convertido cada vez más en el foco de las protestas desde el año pasado.
Desde los activistas indígenas que lideran la respuesta a la degradación medioambiental, hasta el surgimiento de los grupos que defienden la desobediencia civil que han acaparado los titulares de prensa en todo el mundo. Pasando por las protestas multitudinarias por la gestión gubernamental de los incendios forestales, cada vez son más las personas que toman las calles para expresar su preocupación por la forma en que abordan dicha crisis las autoridades.
Descontento con los gobernantes a nivel mundial
Protestas en El Salvador contra el presidente Bukele, en Venezuela contra el presidente Maduro, manifestaciones en Guatemala contra el presidente Giammattei, contra el gobierno de Cuba, y la lista continúa.
Ningún país es perfecto y mucho menos sus gobernantes. Ya sean problemas político, sociales o económicos las personas deciden tomar las calles para hacer oir su voz. Esperando a cambio una respuesta a sus peticiones y una solución a sus problemas.
¿Qué opinas de las protestas? ¿Crees que hacen un cambio en la sociedad? Déjame tus comentarios aquí.