Comida casera en la Taberna La Carmencita

Un restaurante con solera en pleno Chueca

En un Madrid tan concurrido y turístico como el actual no es sencillo encontrarse con restaurantes con solera y autenticidad, donde más allá de la decoración se ofrezcan platos con encanto y el sabor de antaño; y es que los tiempos han cambiado, y el mundo de la restauración, en gran medida, también.

La capital se encuentra invadida por mil y una franquicias de todo tipo que más allá de hacernos recordar el puchero de la abuela nos invitan a visitar al endocrino de turno. ¿No quedan lugares donde poder pararse a probar aquellos platos con los que siempre nos han mimado nuestras madres, o que con maestría preparaban nuestras abuelas? Cada día que pasa está más complicado el asunto, pero no por ello imposible, pues aún a día de hoy quedan reductos inexpugnables como la Taberna La Carmencita.

Así es, sin ir más lejos, en pleno Chueca (Calle de la Libertad, 16), y a tiro de piedra de Prim, se encuentra uno de los restaurantes con más encanto y mejor carta del Madrid castizo, la Taberna La Carmencita. Un local especializado en comida casera que no podéis dejar de visitar cada vez que vayáis a Madrid, o si vivís ya ahí, cada vez que se os tercien una buenas chuletillas de cerdo o un cocido montañés.

Comida casera en el centro de Madrid

Comida casera en la Taberna La Carmencita
Fotografía en Taberna La Carmencita – Fotografía de James Blick

En la Taberna La Carmencita no se emplean aditivos de dudosa calidad, y como podría ser de esperar tampoco se recurre en masa a los productos congelados, pues prima la calidad, la frescura y la tradición. En sus comedores podréis degustar grandes platos como los callos a la madrileña o el cocido montañés, especialidades de mar como las anchoas de Laredo de Codesa con aceite de oliva (uno de los chefs es cántabro), las almejas finas a la sartén o los mejillones; las inolvidables cazuelitas que tantos recuerdos traen con una buena copa de Rioja, y claro está que, entre otros tantos, los fabulosos postres, que son elaborados artesanalmente en las propias cocinas del restaurante.

Una cocina sencilla, de calidad y sabrosa, donde las materias primas enarbolan el pabellón, y donde el cariño que se pone en cada plato y aliño hace que la Taberna La Carmencita se haya convertido por su propia cuenta en una auténtica referencia en el panorama madrileño.

Un restaurante de referencia

Sin lugar a dudas un enclave con cocina de calidad y tradición en medio de un desierto de locales de comida rápida y precocinada. ¿Con cuál os quedáis?

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