El colesterol es visto siempre como un villano responsable de enfermedades cardiovasculares caracterizadas por la obstrucción de las arterias, si bien esto es cierto, no es menos cierto que este tipo de grasa es imprescindible para el buen funcionamiento del sistema nervioso y el sistema hormonal.
El colesterol es una sustancia del tipo de los lípidos o grasas. Se trata de una molécula que se encuentra en todo el organismo, siendo distribuida por la sangre, en donde podemos determinar sus concentraciones mediante exámenes de laboratorio de rutina.
El total del colesterol que tenemos en el cuerpo proviene por una parte del que absorbemos en el intestino proveniente de la alimentación, siendo las carnes y los lácteos sus principales fuentes. Sin embargo, nuestro cuerpo también es capaz de producirlo, específicamente a nivel del hígado.
El colesterol es un lípido presente en todo el organismo, sin embargo tenemos referencias de él por sus valores en la sangre. Se origina por la absorción intestinal de las grasas provenientes de los alimentos así como por su producción en el hígado.
El colesterol es el principal constituyente de las membranas
Es lógico pensar que si tenemos colesterol en nuestro cuerpo es por alguna razón. De hecho, esta molécula es necesaria para formar las membranas celulares, que son una barrera que envuelve las diferentes estructuras que conforman las células aislándolas de su entorno, pero permitiendo el transporte hacia adentro y hacia afuera.
Un sistema en donde las membranas cumplen una importante función es a nivel del sistema nervioso. Como sabemos, las células nerviosas o neuronas tienen su cuerpo celular dentro del sistema nervioso y emiten prolongaciones que llegan a todas partes en el organismo, estas se conocen como dendritas y axones y forman los nervios periféricos.
Para que la información fluya a través de estas células es necesario que ocurran los llamados “impulsos eléctricos” que requieren de que estas prolongaciones tengan un revestimiento de membranas, que es conocido como vaina de mielina.
Cuando las membranas que recubren las prolongaciones de las neuronas se lesionan dan origen a las llamadas enfermedades desmielizantes, como la esclerosis múltiple o la esclerosis lateral amiotrófica, siendo esta última la que confino al brillante físico Stephen Hawking a su absoluta incapacidad física. Debe hacerse la salvedad de que estas enfermedades se deben a procesos inmunológicos y no a la falta de colesterol.
El colesterol es el principal precursor de las hormonas
El colesterol interviene además en el proceso de formación de las distintas hormonas, especialmente la vitamina D, imprescindible para la adecuada calcificación de los huesos y por ende para prevenir la aparición de enfermedades como la osteoporosis.
El colesterol también es necesario para producir la bilis, sustancia que es liberadas al intestino durante la digestión para poder absorber las grasas.
Colesterol ¿Bueno o malo?
Si bien el colesterol es necesario, cuando se encuentra en cantidades excesivas tiende a acumularse en el interior de las paredes de las arterias haciendo que estas disminuyan su diámetro, esto compromete el flujo de sangre haciendo que los tejidos no reciban el aporte de oxigeno necesario. Este trastorno se conoce como arterioesclerosis, causa de los infartos y accidentes cerebrovasculares que constituyen la primera causa de muerte a nivel mundial.
El colesterol que tiende a depositarse en las arterias es en colesterol LDL, también denominado colesterol malo. Existe otra forma de colesterol denominada HDL que hace lo que se conoce como el transporte inverso del colesterol, la HDL es una proteína que es capaz de remover el colesterol de las arterias y llevarlo al hígado para su utilización, razón por la que se conoce como colesterol bueno.
Artículo escrito por la Dra. María Paz De Andrade, Médico Internista. (Más información sobre el Colesterol)